Translate

miércoles, 4 de enero de 2012

Camino de Santiago, 9ª etapa



Han pasado ya muchos días desde mi última salida, entre unas cosas y otras no he podido continuar mi camino. Hoy decido seguir y me levanto con ganas de correr y de hacer una buena rodada. Quiero llegar hasta Los Santos de Maimona, así que me esperan 13 kms de aventura.
Salgo desde Medina de las Torres. Llego ya cansada, no sólo por el viaje y la carretera, sino porque hoy que estoy de vacaciones y es día laboral he decidido sellar mi credencial por los pueblos que he ido pasando anteriormente, ya que en ninguno de ellos conseguí que me pusieran el sello. ¡Por fin lo consigo! Aunque en algún lugar fue más difícil que en otro, al menos llego a la salida de hoy con la credencial al día.
Sobre las aceras me empiezo a encontrar las primeras señales. Me desvío de las recomendaciones que he visto por internet, puesto que las señales me alejan de la carretera. Más adelante me daré cuenta de mi error, pues cojo ruta equivocada.


A la salida del pueblo pregunto a unos hombres que pasean bajo el sol radiante casi primaveral del 4 de enero del 2012. Me indican hacia un sendero que va paralelo a la vía del tren.
El camino hoy es feo, seco, sin apenas árboles por no decir que casi ninguno.
Las vías del tren siguen a mi lado, pero hoy nos separa una malla.
Se escuchan de lejos los coches que van por la carretera que conduce hacia Puebla de sancho Pérez y Zafra. Pienso en la tranquilidad del campo y de la paz que respiro alejada del ruido de esos motores.
Llego a una bifurcación, no veo ninguna señal hoy, ni una sola flecha amarilla ni azulejo de concha. Decido seguir paralela a la vía del tren, sé que tarde o temprano llegan a Zafra.
A lo lejos cuando llevo 5kms veo un pueblo. Medina de Zafra está a 8 o 9. Pienso que es Zafra y me pongo contenta, pues voy a buen ritmo.
Mis rodillas van fatal, me duelen mucho y el dolor se hace cada vez más intenso. Tanto que estoy deseando llegar a Zafra y terminar por hoy la etapa. Se me hacen muy duros cada uno de mis pasos, porque cada vez me duele más y aguanto menos el dolor. Adios a la opción primera de llegar a Los Santos. Eso implica que mi próxima ruta será horrorosa de dura.
Y mientras voy pensando en estos pésimos sentimientos y en la desilusión de tener que para antes de los previsto, voy acercándome al pueblo. Pero a medida que me voy acercando no se me parece en nada a Zafra.
Mis presentimientos se hacen realidad cuando llego al pueblo y veo las primeras casas. Se trata de Puebla de Sancho Pérez, y no de Zafra. ¡Qué desilusión más grande! porque las rodillas me duelen muchísimo.
Pregunto a un hombre cómo llegar a Zafra por el camino de Santiago y me indica hacia la dirección que yo traía. Se me hace un mundo volver hacia atrás para tomar la calle que me ha indicado. No estoy para volver ni para intentar atajar caminos intentando orientarme entre las calles de un pueblo que desconozco, así que decido continuar por la carretera hacia la salida hacia Zafra. Eso supone hacer una vuelta tremenda y realizar más kilómetros de los debidos. Mis rodillas protestan,...y lo hacen con razón.
Cuando por fin llego a la salida del pueblo dirección Zafra veo varias señales en la carretera que me indican que siga por esa vía. Después ya en casa compruebo por mi cuñado y también por internet que no es esa ruta.
Hay dos kilómetros entre un pueblo y otro, pero a mí me parecieron la maratón. No veía la hora de llegar, y parecía que me alejaba en vez de acercarme.
De nuevo llego a una bifurcación y le pregunto a un hombre que va en bici cuál debo coger para llegar antes a la plaza de toros. Sigo las indicaciones y continúo corriendo.
Ya casi llegando a las primeras calles del pueblo me alcanza un hombre corriendo y al explicarle mi aventura y mi necesidad de llegar a la plaza de toros, me acompaña gentílmente y me va dando conversación durante esos minutos que vamos juntos. Se me hace así menos pesada mi llegada a la meta de hoy. ¡He llegado a Zafra, aleluya por mis rodillas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario